miércoles, 3 de marzo de 2010

Saqueos: La ley protege la propiedad... ¿y a quienes nada poseen?

En las noticias de los mass media enérgicamente condenan los saqueos, pues muchos se aprovechan robando plasmas y no artículos de primera necesidad. Según los medios desinformativos esto produce un desgaste en las fuerzas de ayuda, pues se debe ocupar un gran contingente de fuerzas de coacción social para proteger los centros comerciales, fuerzas que podrían ser utilizadas para el rescate o para el resguardo de los miles de damnificados.

¡QUE VERGÜENZA! que un plasma valga más que la población, tanto así que se prefiera ir a cuidarlos de los inescrupulosos saqueadores antes que proteger la sociedad civil, ir a repartir víveres o agua a quienes realmente necesitan ayuda.

En la comuna de Lampa hasta el día Domingo 28 de Febrero se mantenía suspendido el servicio de Luz y Agua, en los almacenes de barrio se agotaban los víveres, a la vez los supermercados mantenían cerrados, mientras los alimentos se echaban a perder dentro (los que necesitan refrigeración), en los medios de desinformación anunciaban que los saqueos eran injustificados en Santiago a un día y medio de la catástrofe (como se nota que no conocen al pobre que apenas y llega a fin de mes comprando y viviendo el día a día). Por su parte, para paliar tal situación la alcaldesa Graciela Ortúzar prometía que a las familias más afectadas con el desabastecimiento se les enviaría en una semana más una asistente social para evaluar su situación y enviar ayuda (total las personas pueden llegar a sobrevivir sin comer sobre treinta días).
En tanto, la presión social de tal situación bajo un día caluroso aumentaba más y más. En la población, cerca de las tres de la tarde, todos en los pasajes cuchicheaban. Se oían rumores de que se iría a abrir el Unimarc. Se veía mucha gente en las calles. Al fondo de las callejuelas grupos avanzaban hacia el lugar. Treinta minutos más tarde se junta un grupo de 200 personas aproximadamente cerca del supermercado (el cual no posee plasmas en su interior, si no que sólo comida). Comienzan a golpear las rejas. A los dos minutos llegan carabineros. Comienza el enfrentamiento. A las piedras las fuerzas represivas responden balazos a la multitud. Llegan más refuerzos que atropellan a un manifestante el cual queda tendido en el suelo.Otros que huían con alimentos son reducidos en el piso y posteriormente pateados y apaleados. Las mujeres y niños gritan.
Finalmente la multitud se lanza contra una panadería (que no es parte de una gran cadena comercial) la cual resulta completamente saqueada, mientras carabineros no hace nada.
CARABINEROS SALVO EL LOCAL DE LA GRAN CADENA, PERO NO HIZO NADA POR LA MEDIANA EMPRESA.QUE VERGÜENZA además protegiendo una cruz verde el gran ladrón de este año a todos los necesitados y enfermos.Por mí que se roben (recuperen) todo el supermercado, que se roben los plasmas, para que así a fin de mes, el dueño de la cadena no pueda cambiar su porche como tenía pensado.

La miseria humana



Esta imagen es de una empresa de plásticos en el sector de Lampa, al norte de Santiago, que ardía luego del terremoto en Chile. El incendio se mantuvo por cerca de tres días, propagándose por las inmediaciones del sector empresarial.
Segun la información vertida por el gobernador de la provincia de Chacabuco el siniestro fue imposible de controlar por bomberos de la zona debido a la escases de agua en el sector. No obstante, el siniestro pudo haber sido controlado mediante la demolición de la industria para sofocar el fuego con los escombros. A esta opción, entregrada por bomberos, se opuso firmemente el empresario hasta saber si la empresa aseguradora se haría cargo de los daños en caso de demolición. Esta postura sostuvo el dueño de la empresa de plásticos por tres días aún sabiendo que el humo emanado por el incendio era tóxico y nocibo para la salud de quienes lo respiraran (como informó bomberos).

Miserables quienes en este caso prefirieron arriesgar la salud de cerca de 50.000 habitantes del sector, entre ellos niños y ancianos, para no ver disminuídos sus intereses tacaños.